Las perlas fascinan por su belleza y en algunos casos por su perfección estética. La llamada Perla Peregrina es única por su color, brillo y forma de lágrima que la convierten en una de las mejores perlas naturales que hay en el mundo.
Curiosamente, aunque esta perla ha peregrinado por diversos países, su apodo La Peregrina no es por su historial viajero sino por su forma peculiar. En siglos anteriores se utilizaba la palabra peregrina en su acepción de raro, caprichoso o especial.
Como pasa con muchas joyas valiosas y especiales, su origen está rodeado de leyenda que comienza cuando la encuentra un esclavo en el siglo XVI en Panamá. Según un documento de la época pesaba ¡¡¡58,5 quilates!!!
El alguacil mayor de Panamá la trajo a España en 1580 y se la regaló al rey Felipe II. La Peregrina pasó a formar parte del tesoro real español.
A partir de entonces, fue lucida por las sucesivas reinas que ocuparon el trono español prendida de un broche junto con el diamante El Estanque, otra valiosa joya de la corona.
La Peregrina es probablemente una de las perlas más pintadas de la historia, ya que aparece en la mayoría de los retratos de los reyes y reinas de los siglos XVI a XVIII que cuelgan en el Museo del Prado. Ya sea como colgante, o prendida de un cinturón o de un sombrero, esta joya acompañó a generaciones de monarcas en sus retratos para la posteridad.
Permaneció en España hasta 1808, año en que el invasor José Bonaparte saqueó las joyas de los Borbones españoles y las envió a París para su esposa. Tras perder el trono español, el matrimonio se separó, Bonaparte se fue a vivir a Estados Unidos y se llevó la perla con él.
Cuando volvió a Francia todavía tenía la Peregrina y tras su fallecimiento la heredó el futuro Napoleón III. Este la vendió hacia 1848 al duque de Abercorn para sufragar sus actividades políticas.
No se sabe exactamente en qué fecha la familia Abercorn se la vende a una joyería londinense. Pero hacia 1914 el rey Alfonso XIII quiso adquirir la famosa perla, para regalársela a su futura esposa y recuperar una joya histórica vinculada durante siglos a la Corona Española. No logró adquirirla por las elevadas pretensiones económicas de la joyería, que finalmente se la vendió a un multimillonario quien 3 años después se la vendió a Henry Huntingdon.
En 1969 la Peregrina se subasta rodeada de una gran expectación en Nueva York. La mayoría de los que pujaron se detuvieron en 15.000 dólares. El representante de la casa real española, Don Alfonso de Borbón Dampierre, llegó hasta los 20.000 dólares pero finalmente fue el actor Richard Burton quien la compró por 37.000 dólares, una cifra nada casual ya que se la regaló a su esposa, la actriz Elizabeth Taylor, con motivo de su trigésimo séptimo cumpleaños.
La famosa actriz incorporó la perla a un collar de rubíes y diamantes diseñado por Cartier lo que convirtió a la Perla Peregrina en una pieza de valor incalculable.
Un día después de la subasta, el duque de alba, jefe de la Casa de la reina Victoria Eugenia, negó la autenticidad de la perla subastada y exhibió una segunda perla, presunta Peregrina, que recibió la reina de Alfonso XIII con motivo de su boda. Hoy en día parece que hay unanimidad entre los especialistas que afirman que esta segunda perla no es la Peregrina. Esta presunta Peregrina la recibió don Juan de Borbón, hijo de Victoria Eugenia, que cuando renunció a sus derechos dinásticos se la legó al rey de España Juan Carlos I. La reina Sofía la ha lucido en muchas ocasiones.
Tras el fallecimiento de Liz Taylor se subastaron sus joyas en el año 2011 y la Perla Peregrina fue adquirida por un comprador anónimo. Alcanzó los ¡¡¡9 millones de euros!!!
El futuro dirá qué nuevas aventuras le esperan a esta perla viajera que en 500 años pasó de manos de un esclavo a las de reyes del imperio más poderoso de la época, de la alta burguesía europea al mundo de Hollywood.
fuente: http://blog.hola.com/nosvamosdejoyas/2013/07/la-verdadera-historia-de-la-peregrina.html
More information about collections and available items on sale in: movilla-jewellery.moonfruit.com